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Opción popular al gran capital
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Opción popular al gran capital | OP-ED

En Colombia, el nuevo gobierno tiene el propósito de impulsar la economía popular, minimizada y desprestigiada históricamente. ¿De qué se trata?

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Bogotá tiene 8 millones de habitantes, un caos vehicular enorme que implica hasta cuatro horas diarias para ir y volver del trabajo y una promesa incumplida de más de medio siglo para construir el metro.

En el convulsionado centro de la capital colombiana, tal vez en la vía más congestionada por buses, carros, motos, bicicletas y transeúntes y un ruido ensordecedor, hay una oficina que hasta ahora muchos se están enterando que existe. Es una entidad pública con una importancia estratégica en estos tiempos de cambio político en Colombia. Está en el corazón de Bogotá, en el centro del país y debe ayudar a resolver problemas que están hasta a 1.200 kilómetros de distancia. 

Se llama Unidad Administrativa Especial de Organizaciones Solidarias (UAEOS) y en el buscador de noticias de Google solo tiene 26 resultados. Parece que la tuvieron escondida debajo del tapete para que nadie se enterara de su existencia y pudiera moverse como un fortín político. 

Así fue por lo menos hasta agosto del año pasado, cuando se posesionó Gustavo Petro como presidente de Colombia, el primer líder con origen en la izquierda que llega al poder. Una tarea nada fácil para lograr el cambio a vicios de la administración pública, que ha estado a cargo de la derecha por dos siglos, y beneficiar a más de 20 millones de hombres y mujeres en condición de pobreza y algo más de 7 millones en pobreza extrema. Tema clave porque la mitad de la población está en esas condiciones.

Pues bien, con ese nombre difícil de recordar, que a finales de marzo empezaron a llamarla Unidad Solidaria, esta entidad es vital para la política económica de Petro, que busca cambiar las prioridades de los gobiernos de los últimos dos siglos, que le cedieron esa tarea a los intereses de quienes han dominado la riqueza económica de Colombia desde el comercio, la industria, la tecnología y los recursos naturales.

Por eso, es importante esta entidad, que centra su trabajo en la organizaciones sociales, un término algo general, pero que en realidad reúne a cooperativas, fondos de empleados, juntas comunales, asociaciones de tenderos, de madres comunitarias… Mucha gente en todo el país, comunidades afrocolombianas, pueblos indígenas, población campesina, desplazados en las ciudades… En últimas, lo que se llama economía popular, un motor importante de la economía.

Entre muchas tareas que tiene está precisamente dinamizar la economía local, impulsar la producción agrícola de las familias campesinas y la actividad económica de las comunidades. Pero hay algo que tiene mucho peso en estos tiempos como la asociatividad. No es suficiente con producir algo, sino hacerlo bien y poder unirse con otros para competir eficientemente e incursionar en mercados más allá del local. Ahora también se buscará que entren en los circuitos de desarrollo empresarial, con aportes de la ciencia y la tecnología.

Se destaca que la misión de la Unidad Solidaria está conectada en este gobierno con el propósito de la paz, que supone resolver de verdad el abandono histórico del Estado de poblaciones de medio país, expuestas por décadas a la guerra entre diferentes grupos armados de diversos orígenes y a las economías ilegales. Implica desactivar la guerra,  el narcotráfico, la minería ilegal y sus secuelas económicas, sociales y políticas. Pero también, el reconocimiento y el respeto a la diversidad y la inclusión de las comunidades en todos los temas que logren sacarlas de la pobreza: educación, salud, vías de acceso, órganos de justicia, proyectos productivos, saneamiento básico, seguridad… 

Suena iluso y algo utópico, pero es la esencia de la democracia, que no puede ser útil para unos y desventajosa para las mayorías. Con ese reto está Mauricio Rodríguez, el jefe de la Unidad Solidaria, quien por primera vez tiene una responsabilidad en un cargo de tal importancia en el Estado, como muchos de los copartidarios de Petro, que siempre estuvieron en la oposición. Ahora están en la otra orilla.

(*) Periodista, escritor y politólogo colombiano, editor de AL DÍA 

 

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