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La barrera cultural no es el único factor de que los latinx sean minoría en algunos deportes. Photo: ESPN
La barrera cultural no es el único factor de que los latinx sean minoría en algunos deportes. Photo: ESPN

Apenas hay latinx jugando en la NFL, la razón está en la escuela

De los 100 mejores reclutas de programas universitarios como Power Five solo hay dos hispanos. ¿Quién lanza el balón de la diversidad en el fútbol?

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Sergio González estaba asistiendo a un campamento de football en octavo grado cuando el entrenador se le acercó y le dijo: “Eres bastante bueno para ser mexicano”.

Aquello le impactó tanto que le preguntó a su padre qué había querido decir su entrenador: “Mira a tu alrededor, ¿cuántos chicos se parecen a ti en estos campamentos o en tu equipo?”, le contestó su padre. 

González es uno de los miembros fundadores de la  Asociación de Entrenadores de Fútbol de Escuelas Secundarias Hispanas de Texas (TXHSFB), una organización que nació con algo más de una decena de miembros, todos entrenadores, asistentes y administradores hispanos de fútbol americano, y de la que hoy día forman parte 700 miembros que debaten sobre cuestiones que atañen a la identidad y el deporte, comparten estrategias y se apoyan mutuamente.

En un artículo publicado por USA Today con motivo del final del Mes de la Herencia Hispana, el pasado jueves, el periódico habló con algunos jugadores y entrenadores sobre un tema recurrente en sus conversaciones:

¿Por qué hay tan pocos hispanos jugando al fútbol en la secundaria y la universidad, cuando es el camino más directo a la NFL?

“No lo sé, es muy interesante porque son grandes aficionados al juego y no hay más participantes”, dijo Anthony Muñoz, que se convirtió en el segundo mexicoamericano en ser incluido en el Salón de la Fama del Fútbol Profesional, donde la mayoría son blancos o negros, como también ocurre en la NFL e incluso en los programas para reclutar nuevos talentos como el Power Five universitario.

De hecho, de los 100 nuevos reclutas que empezarán el programa en 2021, sólo hay dos hispanos. Y los datos no mejoran en las grandes ligas, con apenas 8 jugadores de los 1.357 de la NFL identificados como latinos o hispanos, según datos de 2018-19.

Para Mike Garcia, miembro fundador de TXHSFB, las diferencias culturales pueden ser parte del problema.

“No crecí sabiendo realmente lo que era fútbol americano, sino que veía y jugaba al ‘soccer’”, explica Garcia, que empezó a practicar en la secundaria teniendo la vista puesta en algunos precedentes (aunque escasos) como Anthony Muñoz, que tampoco tuvo la fiebre del fútbol en su ADN familiar. 

“La cultura no es un elemento disuasorio. La única diferencia entre los latinos y los blancos anglosajones es el proceso de pensamiento”, dice Mario Longoria, coautor junto a Jorge Iber del libro Latinos in American Football, que añade una de las razones puede ser que los latinx toman mucho más en cuenta la opinión de sus familias a la hora de tomar una decisión sobre su futuro.

Pero, desde luego, hay otros factores y abarcan mucho más que una barrera cultural.

Pobreza y universidad

Los latinx son la minoría más grande de Estados Unidos según el censo. Pero también tienen la tercera tasa de pobreza más alta de la nación (17,6%) por detrás de afroamericanos (20,8%) y nativos americanos (25,4%).

La economía de las familias dificulta que sus hijos puedan acudir masivamente a la universidad o que estos elijan trabajar en cuanto terminan la educación obligatoria para poder aportar económicamente al hogar. 

“He escuchado decir: ‘No puedo ir a la escuela porque tengo que conseguir un trabajo y ganar más dinero para mantener a mi familia”, le explicó a USA Today Marcus Arroyo, que es uno de los pocos entrenadores hispanos de un programa de la División  de la FBS. 

"La única diferencia entre los latinos y los blancos anglosajones es el proceso de pensamiento”.

Algo que suscribe Danny Gonzáles, entrenador principal de fútbol americano de la Universidad de Nuevo México, que tuvo muchos compañeros que dejaron el fútbol después de la escuela para iniciarse en el mundo laboral, o incluso abandonaron la universidad.

Sin embargo, como dice Jorge Iber, las nuevas generaciones de latinx tienen el horizonte pastos más verdes que sus padres migrantes, ya que sus propias familias que trabajaban en el campo o en plantas de procesamiento cárnica en lugares como Texas o California están viendo la necesidad de que sus hijos sigan sus estudios y si valen y así lo desean, hagan carrera en el fútbol. 

“Es un proceso que nos ha llevado 100 años”, dijo Iber, decano de asuntos estudiantiles en Texas Tech. 

Burlas y prejuicios

Nadie queda libre de racismo, incluso dentro de las propias minorías que movimientos como BLM han querido unir en la lucha contra la desigualdad racial y social en el país.

Mike García siempre recordará con rabia las veces que en el campo alguno de los jugadores o entrenadores se ha referido a él o a sus compañeros como “Itty Bitty Mexican”. Incluso en una ocasión, un entrenador negro dijo en broma que “tenía un montón de IBM” en su línea ofensiva y García tuvo que pararle los pies porque el efecto en los jugadores jóvenes de semejantes comentarios puede ser demoledor. 

Sobre todo porque hay un estereotipo bastante asentado de que los latinx son más pequeños físicamente que otras etnias y afecta directamente a su reclutación. 

"Como hispano que entrenó a otros hispanos, que creció jugando al fútbol con entrenadores no hispanos, si yo escuchara esto de uno de mis entrenadores definitivamente me haría dudar", señaló.

También el cornerback de los Chargers de Los Ángeles, Michael Davis, ha sido víctima de comentarios del tipo “¿eres hispanos? Entonces deberías patear la pelota”. 

Personalidades como Anthony Muñoz están tratando que más jóvenes latinx se interesen por el fútbol a través de campamentos juveniles.

“Algunos de los chistes que me hacían me afectaron realmente. Se volvieron personales”, aseguró Ron Rivera, tercer latino en ser entrenador principal de la NFL, recordando su paso por el equipo de fútbol americano de la Universidad de California. 

Si bien para Longoria e Iber hay un estereotipo bastante asentado de que los latinx son mucho más pequeños que otras etnias

Hoy día personalidades como Anthony Muñoz están tratando que más jóvenes latinx se interesen por el fútbol a través de campamentos juveniles que difundan el amor por este deporte. 

Sin embargo, Muñoz asegura que aún queda mucho por hacer. E igualmente, también faltan entrenadores hispanos en la secundaria , aunque organizaciones como TXHSFB vislumbren un futuro y brillante touchdown para los latinx que les haga ganar el partido por la diversidad.