El 2008 dejó un saldo de cuatro policías muertos en Filadelfia, dos de ellos a manos de criminales quienes se encontraban en libertad condicional.

Esto ha motivado al gobernador de Pensilvania Edward G. Rendell a proponer que los criminales reincidentes reciban condenas fijas y no sean sujetas a reducción.

Y es que, de acuerdo con el gobernador, delincuentes peligrosos se benefician de la libertad condicional y reaparecen en las calles antes de que terminen sus condenas.

En su primer acto público del año, el gobernador urgió a la legislación estatal a que prohíba la libertad condicional para aquellos delincuentes que reincidan en algún crimen violento como homicidio, robo y violación.

“En el 2008 cuatro residentes de Pensilvania fueron brutalmente asesinados por cinco hombres que estuvieron presos por crímenes violentos y salieron en libertad bajo palabra”, dijo.

Dos de esos residentes a los que hace mención el gobernador eran agentes del Departamento de Policía de Filadelfia.

En mayo del año pasado el oficial Stephen Liczbinski, de 40 años, atendió al llamado del robo a un banco y fue baleado por uno de los asaltantes, Howard Cain.

Cain, quien murió durante el tiroteo posterior al atraco, se encontraba libre bajo palabra luego de pasar 9 años en prisión por una serie de robos en 1996.

El otro caso ocurrió meses después. El 24 de septiembre pasado el oficial Patrick McDonald, de 30 años, murió tras recibir varios impactos de bala durante una persecución en el norte de Filadelfia.

El policía detuvo el auto que conducía Daniel Giddings, un sujeto buscado por la policía y con antecedentes criminales.

Este hombre se había fugado de un centro correccional al que había sido transferido luego de recibir su libertad bajo palabra en agosto pasado.

“Estos asesinatos son un llamado a un cambio en la manera en que sentenciamos y supervisamos a criminales que ya han cometido actos violentos y también claros indicadores de que criminales reincidentes deben servir más tiempo en prisión” dijo el gobernador. 

Rendell explicó de ahora en adelante la Directiva de Libertad Condicional de Pensilvania tendrá que identificar a cada criminal violento reincidente que haya estado bajo libertad condicional por menos de cinco años, revisar su caso y ver si se necesita una supervisión más estricta.

“Ya no debe haber más sentencias mínimas después de las cuales estos hampones pueden salir libres bajo palabra”, dijo.

El gobernador agregó que pedirá al jefe de justicia de la Corte Suprema un reporte que detalle cada criminal violento que sea reincidente y que dicho reporte estará disponible al juez, fiscal y al abogado antes de la sentencia.

Dicha ley no cambiaría los parámetros utilizados por los jueces.

Sin embargo si requerirá períodos más específicos y en su defecto eliminar cualquier oportunidad de libertad condicional.

Tras la muerte de McDonald el gobernador solicitó un estudio acerca del sistema de libertad condicional al profesor de la universidad de Temple John Goldkamp.

En dicho estudio se concluye sin embargo que una moratoria en la libertad condicional podría afectar a presos que en efecto buscarían reformarse y reintegrarse a la sociedad.

Además establece que se pueden tomar medidas para que los criminales más peligrosos sean identificados a su entrada al sistema penitenciario y se implementen estrategias para conducirlos a través de éste.

Por su parte, Mary Catherine Roper, abogada de la Union de Libertades Civiles Estadounidenses en Pensilvania (ACLU), opina que la medida que propone el gobernador no es una buena idea ya que “estamos actualmente en crisis porque tenemos demasiada gente en las prisiones”, dijo Roper.

La abogada asegura que la razón por la que las prisiones están saturadas es porque se han aumentado una y otra vez el tiempo de las condenas.

“El problema es que las personas no están recibiendo el entrenamiento adecuado en las cárceles para ser miembros productivos de la sociedad y cuando salen se meten en problemas y terminan regresando”, agregó.

 “Si quieres reducir el crimen, no es cuestión de encerrar a las personas y ya; eso cuesta demasiado dinero”, aseguró. “Lo que hay que hacer es darle a los reincidentes la oportunidad de tener una vida afuera”.

  Para Roper también es importante que los presos reciban la consejería adecuada y ayuda en caso de tener problemas de abuso de sustancias.

“Si quieres parar el crimen debes de darle a las personas las herramientas para vivir una vida normal, y hasta a donde hemos visto la cárcel no está preparada para esto y no entiendo cómo encerrando a la gente por más tiempo va a solucionar el problema”, dijo.

Según un reporte que realizó el Sistema de Prisiones de Filadelfia en abril del año pasado para el alcalde de Filadelfia Michael Nutter, las prisiones se han visto en la necesidad de doblar y hasta triplicar el número de camas en las celdas de la prisión.

“Hay una necesidad inmediata de adquirir de 200 a 600 camas para servir el incremento de la población. El censo de la prisión creció siete por ciento más de su capacidad en los últimos ocho años. La predicción es que la población diaria será de 10.000 presos en el 2009”.