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El país ya está acostumbrado a la falta de empatía y decencia de McConnell, Trump y el Partido Republicano. Gettyimages
El país ya está acostumbrado a la falta de empatía y decencia de McConnell, Trump y el Partido Republicano. Gettyimages

La Repugnante Hipocresía de Mitch McConnell

Y el peligro que implica para la democracia del país.

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Fue una repugnante falta de respeto, pero para nada inesperada, que el líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell (R-Ky.), no perdiera tiempo después de la muerte de la jueza Ruth Bader Ginsburg para anunciar que haría todo lo necesario para nombrar una nueva jueza en la Corte Suprema. Después de todo, el país ya está acostumbrado a la falta de empatía y decencia de McConnell, Trump y el Partido Republicano.

El hecho de que falten menos de dos meses para unas elecciones no hace ninguna diferencia para el senador de Kentucky esta vez, pero hace cuatro años ciertamente lo hizo. En esa ocasión le robó descaradamente al entonces presidente Barack Obama la oportunidad de nombrar un nuevo juez tras la muerte de Antonin Scalia, casi nueve meses antes de las elecciones de 2016. La hipocresía es repugnante.

Ahora, con las elecciones a la vuelta de la esquina, McConnell y Trump han dicho que intentarán impulsar, no un reemplazo conservador, sino uno ultrarreaccionario para Ginsburg, una campeona de las causas liberales de proporciones históricas. Es casi seguro que una de estas dos juezas federales, Amy Coney Barrett y Barbara Lagoa, ocupará el puesto de Ginsburg aunque no con su intelecto, su prestigio e influencia. Ambas mujeres son miembros de la conservadora Sociedad Federalista. Barrett es la favorita, aunque a Lagoa, hija de inmigrantes cubanos, se le vende como alguien que podría asegurarle Florida a Trump en noviembre.

No será fácil para ninguna de las dos ocupar el lugar de Ginsburg. Como dijo Nina Totenberg en National Public Radio, Ginsburg “cambió la forma en que el mundo es para las mujeres estadounidenses. Durante más de una década, hasta su primer nombramiento judicial en 1980, lideró la lucha en los tribunales por la igualdad de género. Cuando comenzó su cruzada legal, las mujeres eran tratadas, por ley, de manera diferente a los hombres. Cientos de leyes estatales y federales restringían lo que podían hacer las mujeres, prohibiéndoles trabajos, derechos e incluso servir de jurado. Sin embargo, cuando se puso la túnica judicial, Ginsburg había hecho una revolución.”

Pero como ha dicho Alex Storozynski, periodista y escritor residente en Nueva York, "Trump reemplazará a RBG, que hizo más por los derechos de las mujeres que nadie, con una jueza que les quitará los derechos a las mujeres." 

Storozynski tiene razón. Con la muerte de Ginsburg y con Mitt Romney accediendo vergonzosamente a apoyar a la persona designada por Trump, es seguro que una mujer conservadora la reemplazará, poniendo en peligro a Roe vs.Wade y trayendo de vuelta los tiempos oscuros en que las mujeres morían por abortos ilegales, así como las muchas victorias de Ginsburg por la igualdad de género.

Es revelador que, hasta ahora, solo dos mujeres, la senadora de Alaska Lisa Murkowski y la senadora de Maine Susan Collins, hayan expresado que no apoyarán el plan de McConnell de confirmar una nueva jueza antes de las elecciones. No están de acuerdo con Trump y McConnell en mantener el poder a toda costa sin importar los nuevos conflictos que traiga a un país que ya sufre una pandemia que ha matado a 200,000 estadounidenses, una economía en ruinas, una aguda división ideológica y unos conflictos raciales de inesperada magnitud.

Pero eso es lo que son Trump y el Partido Republicano. Y es esa la razón por la que hay que votar para expulsarlos de Washington de una vez por todas.