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WASHINGTON, DC - 11 DE OCTUBRE: La ex embajadora de EE.UU. nn Ucrania, Marie Yovanovitch (C)  rodeada de abogados, ayudantes y periodistas cuando llega al Capitolio de EE.UU. el 11 de octubre de 2019 en Washington, DC. (Foto de Chip Somodevilla/Getty Images)
WASHINGTON, DC - 11 DE OCTUBRE: La ex embajadora de EE.UU. nn Ucrania, Marie Yovanovitch (C)  rodeada de abogados, ayudantes y periodistas cuando llega al Capitolio de EE.UU. el 11 de octubre de 2019 en Washington, DC. (Foto de Chip Somodevilla/Getty…

Hoy sobre el impeachment: Cómo la voluntad de unos pocos está rompiendo el obstruccionismo de la Casa Blanca

Un puñado de testigos ha decidido desafiar las órdenes de la Casa Blanca y colaborar con la investigación política contra el presidente Donald Trump.

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Seguirle la pista al impeachment de Donald J. Trump es virtualmente imposible. No sólo por la enrevesada saga de encubrimientos y estratagemas, sino por la cantidad de personas involucradas.

Desde que la Cámara de Representantes anunciara el inicio de una investigación política contra el presidente estadounidense por presunto abuso de poder, el Congreso y la Casa Blanca han chocado cuernos en lo que, hasta ahora, parecía un juego trancado.

Por un lado, los Comités de investigación de la Cámara comenzaban a estructurar un caso basándose en la denuncia de un informante que sonó la alarma sobre los intentos de Trump y sus acólitos por chantajear a Ucrania a cambio de información sucia sobre el ex vicepresidente Joe Biden.

Por otro, la Casa Blanca cerraba filas contra lo que catalogaron de “cacería de brujas” e “investigación ilegal”.

La estrategia de Washington fue la de prohibir a cualquier funcionario de la administración de testificar ante los comités, asegurando que “un presidente en funciones no puede ser procesado, mucho menos sus funcionarios”.

A pesar de ello, y en lo que pareciera un gesto masivo de respeto por la ley y desacuerdo con las políticas trumpianas, “un desfile de diplomáticos de carrera y altos funcionarios de la administración Trump ha ofrecido una cascada de revelaciones” al Congreso durante los últimos días, según reportó el New York Times.

Según la información filtrada de las audiencias privadas, cada uno de los funcionarios ha “corroborado y ampliado los aspectos clave” en la denuncia del informante que detonó toda la investigación.

Y sus razones, son igual de diversas.

Nadie será protegido

Uno de los funcionarios que rompió filas con la Casa Blanca fue Michael McKinley, un alto asesor del Secretario de Estado Mike Pompeo, quien testificó durante más de seis horas tras puertas cerradas ante los Comités de la Cámara.

Según reportó NPR, McKinley dio voz a un grupo de funcionarios del quienes han rechazado el presunto “fracaso” del Departamento de Estado en ofrecer apoyo a los empleados del Servicio Exterior atrapados en el fuego cruzado de la investigación sobre Ucrania.

En su testimonio, el asesor de Pompeo aseguró que su imprevista renuncia se basaba en este sentimiento compartido por todas las personas de bajo rango involucradas en el asunto, y en “lo que parece ser la utilización de nuestros embajadores en el extranjero para avanzar en objetivos políticos internos”.

Michael McKinley, alto asesor del Secretario de Estado Mike Pompeo
 
Una heroína

El testimonio de McKinley el día miércoles hiló y respaldó el discurso de la ex embajadora de Estados Unidos en Ucrania, Marie Yovanovitch, quien se presentó voluntariamente ante los Comités la semana pasada para dar una declaración privada.

En su testimonio, Yovanovitch aseguró que “el presidente Trump presionó al Departamento de Estado para que la despidiera” en mayo de 2019.

La evidencia parece apuntar a que el retiro de Yovanovitch de su puesto estuvo orquestada por personas interesadas en establecer un corredor trasero con Ucrania que proveyera de información dañina sobre la familia Biden a la campaña Trump.

Sin embargo, los argumentos públicos de la Casa Blanca eran aún peores: los aliados del presidente acusaban a la embajadora de “deslealtad”, según reportó Politico. Trump haría eco de este tipo de acusaciones durante su conflictiva llamada con el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky el 25 de julio, cuando se refirió a Yovanovitch como “malas noticias”.

Estos ataques fueron parte de lo que llevó a McKinley a testificar inmediatamente después, y respaldar a la embajadora, a quien llamó “heroína” por desafiar a la administración y dar su versión de los hechos ante el Congreso.

Bolton vuelve al escenario

Otro de los funcionarios en colaborar con la investigación de la Cámara de Representantes fue Fiona Hill, ex asesora principal de Trump en Rusia, y quien dejó a todos atónitos al declarar el lunes que el entonces asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, le advirtió sobre peligrosas actividades llevadas a cabo por Giuliani y otros.

Según reportó CNN, la alarma de Bolton sugiere que “figuras de alto rango en la Casa Blanca de Trump estaban profundamente preocupadas de que las actividades del presidente y sus allegados pudieran alcanzar el nivel de comportamiento ilegal”.

Fiona Hill, ex asesora principal de Trump en Rusia.
 
Giuliani y su intromisión

Finalmente, el embajador de Estados Unidos ante la Unión Europea, Gordon Sondland, también decidió dar su testimonio ante los investigadores del Congreso y aseguró que el equipo estaba “decepcionado de la decisión del presidente de involucrar al Sr. Giuliani”, haciendo referencia a la participación del abogado personal del presidente en el asunto Ucrania.

Según explicó Politico, Giuliani habría establecido “un vínculo directo entre programar una visita a la Casa Blanca para el nuevo presidente electo de Ucrania y solicitudes para que Ucrania priorizara una investigación que involucrara al ex presidente Joe Biden, así como a las elecciones presidenciales de Estados Unidos en el 2016”.

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