LIVE STREAMING
 Mientras continúan los esfuerzos diplomáticos, Estados Unidos y Rusia siguen preparándose para un eventual choque bélico. Foto: Getty images
Mientras continúan los esfuerzos diplomáticos, Estados Unidos y Rusia siguen preparándose para un eventual choque bélico. Foto: Getty images

Crisis en Ucrania: ¿el inicio de una nueva Guerra Fría?

La crisis de potencias en la frontera entre Rusia y Ucrania, ha ido escalando y generando un escenario de temor ante un posible choque bélico.

MÁS EN ESTA SECCIÓN

Protección Temporal

Buenas noticias empresarios

Adiós a un 'problem solver'

COMPARTA ESTE CONTENIDO:

Mientras los titulares de la prensa alrededor del mundo hablan a diario sobre la crisis en Ucrania y el posible choque bélico entre Rusia y la OTAN, incluso con líneas de tiempo que van marcando el minuto a minuto de esta coyuntura, la verdad es que la guerra ya se inició.

Tener al mundo al borde de una confrontación armamentista entre las súper potencias, donde en medio de diálogos, aparentemente diplomáticos, se continúan realizando movimientos de tropas y armamento, es un escenario de inestabilidad y temor muy similar al que se vivió entre Washington y Moscú durante la Guerra Fría. 

Desde el Kremlin aseguran que están dispuestos a encontrar una solución pacífica a este conflicto, pero también que están listos para llegar hasta las últimas consecuencias por el control de la península de Crimea.

Mientras el Pentágono considera que la invasión sería inminente, la situación continúa escalando y ya el presidente Joe Biden autorizó el envío de 3.000 soldados para reforzar las tropas de la OTAN, justo después de que Vladimir Putin afirmara que “Occidente ignoró” las preocupaciones del Kremlin. 

La OTAN, creada en 1949 para contener a la extinta Unión Soviética, decidirá en los próximos días si Ucrania será parte de la organización, situación que Rusia consideraría como una provocación. Por su parte, Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, señaló que sus fuerzas permanecen en espera al tiempo que suman barcos y aviones para fortalecer sus medidas de disuasión y defensa.

Si bien los expertos consideran que el ingreso de tropas norteamericanas no es recomendable en estos momentos, por considerarla una acción provocadora, el secretario de Estado, Antony Blinken, aseguró que siguen en contacto con sus aliados y están preparados para coordinar una respuesta unificada. Asimismo, resaltó que están “comprometidos a prevenir un conflicto que no beneficia a nadie”, pero asegurando que están listos “para imponer costos severos si Rusia invade a Ucrania”.

Por el momento, la situación continúa escalándose y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, autorizó el envío de al menos 3.000 soldados para reforzar las tropas de la OTAN.

Rusia señala a Occidente de querer generar una campaña para manchar su imagen, destacando que lo único que Moscú está haciendo es proteger su soberanía y poner un alto a la amenaza que supone estar cada vez más cercado por las fuerzas militares de la Organización del Tratado del Atlántico Norte. Asegura que están dispuestos a encontrar una solución pacífica, pero también que están listos para llegar hasta las últimas consecuencias por el control de la península de Crimea, que Rusia anexó a su territorio en 2014, si Ucrania es aceptada como miembro de la OTAN.

Además de la acción militar, otra de las herramientas que Estados Unidos y sus aliados poseen en contra de los intereses rusos es la posibilidad de atacar fuertemente sus finanzas. Aunque el gobierno de Putin ha demostrado no tener problemas para resistir a las distintas sanciones impuestas en el pasado, la amenaza de ser desconectados de la Sociedad de Telecomunicaciones Financieras Interbancarias Mundiales (SWIFT) parece preocupar a Moscú.

Este sería uno de los golpes más fuertes que Rusia podría recibir, ya que, al desconectarlos del sistema bancario internacional, los ciudadanos rusos no podrían realizar operaciones financieras, afectando principalmente a la clase alta que tanto protege Putin.

00:00 / 00:00
Ads destiny link