US Treasury Secretary Scott Bessent (R) and US Trade Representative Jamieson Greer arrive to deliver a news conference in Geneva on May 12, 2025, to give details of "substantial progress" following a two-day closed-door meeting between US and China top officials aimed at ending a devastating tariff war. (Photo by Fabrice COFFRINI / AFP)
El Secretario del Tesoro, Scott Bessent (d), y el Representante de Comercio, Jamieson Greer, llegan a una rueda de prensa sobre los "avances sustanciales" logrados. (Photo by Fabrice COFFRINI / AFP)

Trump y China recortan aranceles: ¿Un camino hacia la paz o solo una pausa?

¿Es el principio de un acuerdo duradero o solo una tregua efímera?

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Después de semanas de tensión e incertidumbre, Estados Unidos y China anunciaron este lunes una reducción drástica y temporal en los aranceles que ambos países se han venido imponiendo desde abril. Se trata de una tregua de 90 días en la guerra comercial que ha remecido los mercados internacionales, desacelerado manufacturas y agitado los temores de recesión global.

En una declaración conjunta, las dos mayores economías del mundo confirmaron que rebajarán en 115 puntos porcentuales los aranceles que se venían imponiendo mutuamente: Estados Unidos reducirá sus aranceles sobre productos chinos al 30%, mientras que China bajará las suyas al 10%. La medida, que entrará en vigor el 14 de mayo, fue calificada por Pekín como un “progreso sustancial” y por Washington como “un mecanismo robusto para evitar nuevas escaladas”.

Desde su regreso a la Casa Blanca en enero, el presidente Donald Trump ha intensificado su cruzada comercial con nuevos aranceles generalizados, elevando los impuestos a productos chinos hasta un 145%, mientras que China respondió con aranceles del 125%. La tensión alcanzó su punto más álgido tras la imposición de aranceles vinculados al tráfico de fentanilo, que incluyeron una carga del 20% sobre ciertas importaciones chinas.

Estas acciones fueron percibidas por analistas como un virtual “embargo” entre ambas potencias. Scott Bessent, secretario del Tesoro de EE. UU., reconoció que estas medidas “podrían haberse evitado” si hubiese existido un mecanismo de diálogo como el que ahora se propone.

¿Qué significa la tregua?

El acuerdo no representa un fin a la guerra comercial, sino una suspensión temporal. Durante los próximos 90 días, se realizarán consultas bilaterales regulares o extraordinarias, tanto en EE. UU. como en China o en terceros países, con el objetivo de buscar soluciones estructurales.

El pacto incluye también una promesa de cooperación frente al tráfico de fentanilo, una de las mayores crisis de salud pública en EE. UU. En este aspecto, el representante comercial estadounidense, Jamieson Greer, aclaró que los aranceles relacionados con este tema “por ahora se mantienen”.

Reacciones divididas

Los mercados financieros celebraron la noticia. La bolsa de Hong Kong subió un 3%, París ganó 1,4% y las acciones de grandes compañías como LVMH repuntaron casi 7%. El dólar también se fortaleció frente al euro, el yen y la libra esterlina, mientras que el petróleo subió cerca de un 3%.

“El mercado no esperaba un cambio tan drástico en los aranceles, lo cual es muy positivo para la economía global”, opinó Kathleen Brooks, directora de investigación en XTB. Otros analistas como Karsten Junius, del Bank J. Safra Sarasin, fueron más cautelosos: “La volatilidad persistirá y los obstáculos en las negociaciones pueden reaparecer”.

En el plano político, la Organización Mundial del Comercio celebró el avance. “Es un paso significativo, no solo para Estados Unidos y China, sino para el resto del mundo, incluidas las economías más vulnerables”, declaró su directora general, Ngozi Okonjo-Iweala.

¿Qué hay detrás del acuerdo?

Desde Pekín, la lectura es más favorable. Analistas como Zhiwei Zhang, de Pinpoint Asset Management, consideran que China logró una reducción importante sin hacer concesiones visibles. Otros, como Wang Wen, de la Universidad Renmin, advirtieron que persisten “incertidumbres” que podrían reactivar el conflicto si no se logra avanzar durante la tregua.

Aunque el superávit comercial de China con EE. UU. alcanzó los 295.400 millones de dólares en 2024, y el gigante asiático sigue beneficiándose de ese flujo, la imposición de aranceles amenaza su recuperación económica tras la pandemia. El sector exportador enfrenta dificultades adicionales, como el frágil consumo interno y la crisis del sector inmobiliario.

Al mismo tiempo, los aranceles también impactan a EE. UU.: manufacturas debilitadas, contracción económica en el primer trimestre del año y consumidores enfrentando productos más costosos. A pesar de eso, Trump no ha dado señales de renunciar a su política de presión. El acuerdo con China llega pocos días después de que anunciara un pacto comercial con el Reino Unido, el primero desde su regreso al poder.

¿Estabilidad o nuevo choque?

A pesar del alivio temporal, hay asuntos estructurales que siguen sin resolverse. Los aranceles sectoriales sobre acero, aluminio y autos permanecen vigentes. Además, EE. UU. aún mantiene aranceles más altos contra China que contra otros socios comerciales, lo que para algunos observadores sugiere que la presión internacional continuará.

China, por su parte, ha contraatacado con demandas ante la OMC, restricciones a empresas estadounidenses, cancelación de pedidos de Boeing y limitaciones en la exportación de tierras raras, esenciales para industrias tecnológicas.

Así, mientras los mercados celebran la tregua, la diplomacia y la economía aún están lejos de cantar victoria.

Con información de AFP