En marzo de 2025, las llegadas de pasajeros aéreos extranjeros a Estados Unidos totalizaron 4.540.667, lo que representa una disminución del 9,7% en comparación con el mismo mes de 2024, cuando se registraron 5.028.217 llegadas, según datos del sistema I-92/APIS del Departamento de Comercio de EE. UU.

Este descenso ha sido atribuido por expertos a varios factores, incluyendo el endurecimiento de las políticas migratorias bajo la administración de Donald Trump, tensiones comerciales internacionales y una percepción negativa de Estados Unidos como destino turístico. Según The Washington Post, "los viajes al extranjero a Estados Unidos han disminuido significativamente desde que el presidente Donald Trump regresó al cargo, con una caída de casi el 12% en marzo y una disminución del 2% en febrero en comparación con el año anterior".

La caída en las llegadas de turistas ha sido particularmente pronunciada en países como Alemania y el Reino Unido, con disminuciones del 29% y 14% respectivamente. The Times informó que "el turismo hacia Estados Unidos ha experimentado una disminución significativa en 2025, con una caída notable de visitantes de Europa Occidental, particularmente Alemania (29%) y el Reino Unido (14%)".

Además, se ha observado una disminución significativa en las reservas de vuelos desde Canadá hacia Estados Unidos, con una reducción del 71% al 76% en comparación con marzo de 2024. Barron's señaló que "los viajes canadienses a EE. UU. han caído drásticamente, con las reservas de vuelos disminuyendo un 75% en abril en comparación con 2024".

La industria turística estadounidense, que representa una parte significativa del PIB y millones de empleos, enfrenta desafíos considerables debido a estos cambios en los patrones de viaje internacionales. The Washington Post destacó que "los expertos de la industria proyectan posibles pérdidas de ingresos de hasta $9 mil millones si la tendencia continúa".

La combinación de políticas migratorias más estrictas, tensiones internacionales y una percepción negativa de Estados Unidos como destino turístico está afectando significativamente la llegada de visitantes extranjeros. La industria turística deberá adaptarse a estos desafíos para recuperar su posición en el mercado global.