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Foto: Informa Pharma Intelligence 
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Los países de América Latina que mejor controlan la pandemia de COVID-19

América Latina se está convirtiendo en el nuevo epicentro de las infecciones por coronavirus, pero ¿qué están haciendo bien Uruguay y Cuba en la lucha contra…

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Recientemente, América Latina ha recibido mucha atención por el número de países de la región que han realizado una labor reprobable en la lucha contra la actual crisis mundial de salud pública en torno al nuevo coronavirus.

Los que se equivocaron

De los 10 países con mayor número de casos confirmados, cuatro de ellos están en América Latina. En orden están: Brasil, Perú, Chile y México.

Brasil es el segundo país más afectado del mundo y su presidente Jair Bolsonaro, dio positivo en COVID-19 la semana pasada después de meses de demoler el virus como "una pequeña gripe". 

Las cifras de Perú son inesperadamente altas, ya que impuso un bloqueo, cerró las fronteras e instituyó un toque de queda nacional ya el 16 de marzo. 

Una de las razones por las que Perú es el quinto país más afectado del mundo podría ser porque el 40% de la población no tiene un refrigerador en su casa. 

La falta de almacenamiento refrigerado obliga a muchas personas de las comunidades pobres, que ya no tienen acceso a una atención sanitaria de calidad, a hacer viajes frecuentes a mercados abarrotados porque no pueden abastecerse de alimentos si no tienen forma de conservarlos. 

El presidente de Chile, Sebastián Piñera, se refirió a un bajo número de casos en abril y realizó planes preventivos para reabrir el país. Muchos chilenos se han visto obligados a seguir saliendo a trabajar ya que el gobierno tardó hasta finales de mayo en empezar a implementar sólidos programas de ayuda social. 

México es el cuarto país del mundo con mayor número de víctimas mortales y se debe principalmente al afán del país por reabrir la economía y al hecho de que el presidente Andrés Manuel López Obrador le reste importancia a las cifras.

"Continua la otra pandemia del alarmismo de la  prensa conservadora, que es muy amarillista. Tenemos que estar informando porque nos comparan con otros países y no es como ellos lo están dando a conocer,” dijo López Obrador el domingo.

Lo Bueno

Muchos gobiernos se equivocaron en cuanto a las tácticas utilizadas y el momento oportuno para proteger a sus ciudadanos, pero Uruguay y Cuba han surgido como figuras ejemplares para el resto de la región.

Uruguay

Aunque el Uruguay comparte una frontera con el Brasil, ha logrado mantener por debajo de los 1.000 casos y menos de 35 muertes. Estas cifras se han mantenido bajas sin medidas estrictas de cuarentena. 

El 13 de marzo, cuando Uruguay detectó su primer caso de COVID-19, el gobierno suspendió todos los viajes, canceló todos los eventos públicos y cerró las escuelas. 

Otros países esperaron hasta ver miles de casos para implementar estas medidas.

Uno de los planes más significativos fue establecer un Fondo para el Coronavirus, haciendo que el presidente, los ministros, los legisladores y los funcionarios públicos que ganan más de 1.800 dólares al mes reciban un recorte salarial del 20%. 

Fue aprobado después de que el presidente Luis Lacalle Pou estuviera en el cargo por menos de un mes y con el apoyo de la oposición. 

Esto permitió que los fondos públicos se destinaran a tener un grupo de trabajo de rastreo de contactos con todo el personal necesario, preparado para el comienzo de la pandemia. También se desarrolló una aplicación que permitía a la gente solicitar visitas a domicilio y pruebas. 

El país también evitó una cuarentena obligatoria porque reconoció que los castigos por romperla recaerían en gran medida en los pobres, ya que su falta de ingresos les haría salir más. La tasa de pobreza se situó en el 8,1% en 2018, lo que es mejor que la de sus vecinos Argentina y Brasil.

El país de 3,5 millones de habitantes también se vio favorecido por no tener muchos grandes centros urbanos. Fuera de Montevideo y Salto cada ciudad tiene menos de 100.000 habitantes. 

Pero la mayor red de seguridad para los uruguayos era su sistema de salud universal porque eliminaba cualquier barrera económica para los que necesitaban atención médica o los que querían pruebas gratuitas. 
El sistema es muy robusto porque Uruguay gasta el 17% de su PIB en servicios sociales y ha hecho que el país pueda realizar más pruebas, lo que les da un recuento más exacto de los casos.

Cuba

Cuba tiene una población de 11,3 millones de habitantes pero sólo puede informar de 2.426 casos y 87 muertes hasta el 13 de julio.

No ha sido difícil encontrar personal ya que la isla tiene la mayor proporción de médicos per cápita del mundo con 8,4 por cada 1.000 residentes. Han estado yendo de puerta en puerta para realizar pruebas y controlar a los infectados. 

La sobrecarga de personal es tan grande, que el país todavía se las arregla para mantener su tradición de enviar unidades médicas a través del mundo a países con bajos recursos. Veintinueve mil médicos cubanos trabajan actualmente en 59 países para combatir el coronavirus. 

La economía controlada por el estado de Cuba también les permite mover los recursos más rápidamente sin la interposición de empresas privadas. 

Al igual que el Uruguay, también tienen una cobertura sanitaria universal, pero su sistema se estaba preparando para la pandemia dos meses antes de que se detectara el primer caso en la isla. 

Los efectos del virus cambian con el tiempo, pero Cuba ha seguido adaptándose en consecuencia. 

"Cuando las mascarillas y el distanciamiento físico resultaron insuficientes para mantener seguro el transporte público, se suspendieron los servicios y se contrataron vehículos y conductores estatales y privados para transportar a los pacientes y a los trabajadores esenciales", escribió Yander Zamora para The Conversation.  

Sin embargo, en la isla existe el temor de que su situación económica pueda empeorar a causa del coronavirus. 

El turismo era una parte significativa de la economía cubana, pero un cierre total ha hecho que pierda esos ingresos. 

Desde 2016, el aliado de Cuba, Venezuela, ha reducido la cantidad de petróleo subvencionado que les enviaban en un 20%. Esto también ha llevado a que la isla no pueda invertir en nuevas infraestructuras y desarrollos habitacionales, que son cruciales para que haya un adecuado distanciamiento social. 

La empresa petrolera estatal de Venezuela, PDVSA, ha incrementado recientemente su envío de petróleo a Cuba debido a las estrictas sanciones que la administración Trump ha puesto en marcha desde que asumió el cargo para deshacer los avances realizados en la diplomacia y el comercio bajo su predecesor. 

Tanto Cuba como el Uruguay sirven de modelo a seguir para una región que ha estado luchando con todos los aspectos de la pandemia. Sus bajos números de casos son impresionantes, pero son cautelosos a la hora de declarar la victoria antes de lo que el virus pueda traer en otoño.

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