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Government Palace in Havana. Photo: Pixabay.
Palacio de gobierno en La Havana. Foto: Pixabay.

La opinión de una experta sobre la reforma de derechos civiles en Cuba

Tras unas votaciones atípicas en la isla, la población respaldó los cambios en el Código de las Familias.

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El debate público, que busca reconocer y proteger los derechos fundamentales de las minorías sexuales y otros grupos sociales diversos en la isla, se resolvió favorablemente.

“Fue un sí a los derechos fundamentales, al que ojalá sigan otros”, señaló Rosa Muñoz, periodista e investigadora para DW en español.

Nueva ley

El referendo al Código de las Familias establece los siguientes cambios: 

  • Prohibido discriminar por identidad y orientación sexual.
  • Legitima diversos tipos de familias permitiendo el reconocimiento legal de varios padres y madres, además de los biológicos.
  • Presenta cambios en la antigua obligación de formar a los hijos en la “moral socialista”.
  • Prohíbe el matrimonio infantil.
  • Autoriza el matrimonio y la adopción de parejas del mismo sexo.
  • Contempla la gestación subrogada.

Por medio de conceptos como “autonomía progresiva” protege la integridad física y emocional de niñas, niños y adolescentes, así como de personas ancianas, discapacitadas o al cuidado de otras.

LGTBI Pride Flag. Photo: Pixabay.
LGTBI Pride Flag. Photo: Pixabay.

La diversidad celebra

Detrás de la realización de este plebiscito está el trabajo y esfuerzo de feministas y activistas LGTBI, que aunque no alcanzaron un consenso superior (los resultados preliminares establecían un 66.87 % a favor del sí), sí lograron una significativa victoria en una lucha por los derechos que completa varias décadas.  

El referendo, producto de los cambios aprobados por la nueva Constitución de 2019, también fue considerado como un triunfo para el gobierno cubano que a través de los medios estatales, los únicos con alcance masivo en la isla, realizó una intensa campaña a favor del “Sí”.

“Muchas cuentan décadas luchando por el reconocimiento de sus derechos. Y meses de campaña independiente en espacios públicos y virtuales, que cerraron verificando la relativa limpieza estadística del conteo de votos en los colegios electorales. Para ellas, ‘los derechos no se plebiscitan, pero no nos han dejado otra opción’. Así que hoy celebran estos, y mañana seguirán luchando por otros”, resalta Muñoz.

Los que votaron por el “No”

La mayoría de los que se opusieron a este nuevo código, en especial los que tuvieron acceso a la televisión nacional para argumentar, lo hicieron por motivos religiosos e incluyeron opositores políticos conservadores.

“Aunque no habrán sido los únicos, en una sociedad aún profundamente machista y adultocéntrica que no ha pedido perdón por encarcelar o enviar a campos de trabajo forzado a muchos homosexuales en las primeras décadas tras la revolución de 1959, y que sigue legitimando el "derecho" de los padres a castigar físicamente a sus hijos”, destacó Muñoz.

Teniendo en cuenta los conteos preliminares, la opción negativa del plebiscito alcanzó un 33.13 % de votantes, un número importante de personas que, de acuerdo con Muñoz, pudo haber votado más con una intención específica de controvertir el respaldo del gobierno por el “Sí” que por convicción. 

“Un elocuente número de votantes dijo No al texto de la ley, o a la machacona campaña de los medios oficiales. O emitió un voto de castigo a la dictadura que rige este país sin libertades civiles y políticas, sumido en la peor crisis económica de las últimas décadas, con un grave desabastecimiento de productos de primera necesidad, prolongados apagones, una inflación galopante y un éxodo récord de migrantes”, subrayó Muñoz.

Es también importante destacar un fenómeno poco común en las jornadas de votaciones en Cuba, y es el abstencionismo, que en esta ocasión sobrepasó el 25 % del padrón electoral.

“Todas estas voces se escuchan, alto y claro, en los resultados de este referendo. Así que, pese a las dudas y al sinsabor que deja la subordinación de derechos fundamentales de minorías a la voluntad de las mayorías, habrá que verlo, finalmente, como un paso significativo, aunque aún precario, en el camino de construir ciudadanía en Cuba. Una ventana a un siglo XXI isleño, ojalá, con cada vez más derechos, todos los derechos, para todas las personas”, finalizó Muñoz.