
Los 100 primeros días de Trump: Los latinos que votaron por él ya no están tan convencidos
La popularidad del presidente ha bajado, incluso entre la población latina que le apoyaba. He aquí lo que ha hecho mal.
Apenas han transcurrido 100 días desde que Donald Trump volvió a la Casa Blanca, pero su capital político ya muestra señales de desgaste acelerado. Un cúmulo de decisiones polémicas, la intensificación de su estilo confrontacional y una economía que no despega como prometió han erosionado su popularidad, incluso entre sectores que fueron clave para su regreso, como el electorado latino.
Según un sondeo conjunto de The New York Times y Siena College, la percepción de que Trump está sobrepasando los límites de su poder se ha extendido entre los votantes. Un 54% considera que el presidente está "excediendo las facultades disponibles", incluyendo a 16% de los republicanos y a 62% de los independientes. La desaprobación sobre su manejo de temas cruciales como la economía, la inmigración y el comercio exterior también ha aumentado.
El mismo estudio muestra que el presidente ha perdido terreno en áreas que solían ser fortalezas: solo el 43% aprueba su gestión económica en este inicio de mandato, una caída significativa frente al 64% que elogiaba su manejo en su primer periodo. El descontento cruza líneas partidistas, raciales y regionales: apenas el 1% de los encuestados califica la economía actual como "excelente", mientras el 76% la describe como "regular" o "mala".
Latinos: un apoyo en retirada
El golpe es aún más notable entre los votantes latinos, un grupo que Trump había logrado captar de manera histórica en 2024. De acuerdo con un reporte de Reuters, el apoyo latino ha caído 3 puntos porcentuales, ubicándose en 34%, mientras la desaprobación subió 7 puntos, alcanzando el 61%.
Aunque muchos latinos respaldan medidas de deportación de criminales peligrosos, existe creciente preocupación por las deportaciones sin debido proceso y la dureza general de las políticas migratorias. Votantes como Antonio Gonzales Jr., un veterano de la Marina en California que apoyó a Trump, expresan dudas sobre la manera "secreta" en que se están ejecutando las deportaciones.
Clarissa Martínez de Castro, directora de la Iniciativa de Voto Latino de UnidosUS, resumió el dilema en declaraciones a Reuters: “Lo que realmente ayudó a los republicanos en 2024 fue el descontento económico, y ahora que la gente no se siente mejor, es una alarma para los republicanos. Trump ahora es dueño de la economía.”
Poder desbordado, caos creciente
Parte del deterioro se explica por el estilo de gobierno: Trump no solo ha apostado por medidas polémicas, sino que ha desafiado abiertamente los contrapesos institucionales. Como recoge The New York Times, amplias mayorías de votantes rechazan que el presidente imponga aranceles sin la autorización del Congreso, elimine programas creados por ley o ignore fallos de la Corte Suprema, conductas que la administración ha ensayado en estos primeros meses.
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La situación ha generado percepciones de un gobierno "caótico" y "aterrador", incluso entre algunos simpatizantes, de acuerdo con los datos del Times/Siena Poll. Y aunque parte de la base trumpista celebra su agresividad como una forma de “romper las reglas” necesarias para cambiar Washington, la mayoría de los votantes siente que su acción política ha ido “demasiado lejos”.
Desde las masivas deportaciones hasta los nuevos aranceles que encarecen productos básicos como juguetes, pasando por los ataques a medios de comunicación y el debilitamiento de alianzas internacionales, Trump ha empujado su presidencia hacia un terreno cada vez más autoritario e impredecible.
Un capital que se diluye rápido
En términos simbólicos, los primeros 100 días de Trump 2.0 reflejan una mezcla de impulso e imprudencia. Ha impulsado cambios profundos, pero a un altísimo costo político. Según el Times, más votantes hoy creen que las políticas de Trump los han perjudicado que ayudado, una inversión respecto a la percepción favorable que mantenían al final de su primer mandato.
El impacto no solo se siente en los sondeos. Sectores económicos claves reportan incertidumbre y parálisis debido a las guerras comerciales. Grupos de derechos civiles advierten sobre el retroceso en libertades fundamentales. Y los aliados internacionales observan con inquietud el giro aislacionista de Washington.
De momento, Trump parece apostar a que su estilo de confrontación constante le siga rindiendo frutos. Pero si algo evidencian estos primeros 100 días es que su margen de maniobra se ha reducido y que, a diferencia de 2017, el país y el mundo ya no se sorprenden: se resisten.
La pregunta ahora es si este ritmo de desgaste será sostenible para el resto del mandato. Como señala uno de sus propios votantes, citado por The New York Times, la administración actual “se siente como manejar con una motosierra en plena autopista”. Y la gasolina política, a este paso, podría acabarse mucho antes de lo previsto.
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