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Aquí la crisis de vivienda no es hipotecaria

Al igual que muchos propietarios de Philadelphia, María Martínez no tiene dinero para arreglar su casa. 

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María Martínez vive en una casa que requiere de grandes reparaciones.

Philadelphia sufre de otracrisis inmobiliaria que no tiene que ver con las hipotecas.

Los propietarios están abandonando sus casas a causa de no poder pagar por reparaciones estructurales y otros arreglos mayores.

María Martínez no quiere irse de la casa que compró hace quince años en el bloque 1700 del norte de la calle Tres.

“Mi casa es todo, pa’ mis hijos, pa’ mi”, contó Martínez. “Cuando yo entro y voy a sentarme me siento cómoda”.

Al igual que casi uno de cada ocho viviendas de la cuidad, la casa de Martínez necesita reparaciones estructurales mayores y ella no tiene el dinero necesario para pagar el mantenimiento. Necesita arreglar un techo que deja entrar agua, una fachada que está en proceso de desprenderse y otras fallas pequeñas.

Al igual que 80 por ciento de las viviendas de Philadelphia, su hogar tiene más de cuarenta años, plazo en el cual una casa típicamente necesita reparaciones mayores.

“Quiero hablar, no por mi sola, sinó para todo el mundo”, contó Martínez, quien trabaja con el Proyecto de Mujeres para la Revitalización Comunal (WCRP), organización comunitaria que proporciona viviendas de bajo costo a mujeres del norte de Philadelphia.

Según Nora Lichtash, directora de WCRP, tener un hogar seguro es el fundamento para el resto de la vida.

“Si el hogar de una persona no está bien, es muy difícil para ellos rendir en su trabajo o ayudar a sus hijos con los estudios”, contó.

WCRP emprendió un estudio de las viviendas de bajo costo en la ciudad en colaboración  con una decena de organizaciones comunitarias y corporaciones que trabajan en el tema.

Según el estudio, ayudar a los propietarios a mantener sus hogares es la forma más eficaz y menos costosa de estimular la economía local.

La ciudad provee fondos a propietarios que no pueden pagar reparaciones a través del Programa de Reparo de Sistemas Básicos (BSRP). El programa invierte un promedio de $7.000 para mantener un hogar en condición habitable, lo cual es una ganga cuando se compara con los $20.000 promedios que gasta el municipio para demoler una vivienda descuidada.

Además, el estudio recomienda que la ciudad utilice los fondos de estímulo federal para mantener las casas y aislarlas contra el clima al mismo tiempo. Recomiendan que la ciudad una su programa de climatización con el programa de reparación.

“Un programa aisla el techo, pero no lo arregla. El otro arregla el techo, pero no lo aisla”, dijo Jeff Allegretti, presidente de la compañía constructora Pennrose, quien recomendó esta medida para que la ciudad trabaje de manera más eficiente.