Children in class
Aprender sobre temas financieros es ya una necesidad y debería darse desde las primeras etapas de la vida, dicen los expertos (Imagen generada por Llama).

Cómo educar a niños financieramente inteligentes, según un economista de Wharton

Los estadounidenses pierden 390.000 millones de dólares al año por malas decisiones financieras. La clave está en aprender finanzas desde niños.

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Aunque cada vez más jóvenes estadounidenses reciben clases de finanzas personales en el colegio, la educación financiera sigue siendo una tarea pendiente en el país. Según la profesora Olivia S. Mitchell, economista de la Universidad de Wharton, los esfuerzos escolares deben complementarse con una formación desde el hogar para que los niños aprendan a gastar, ahorrar y tomar decisiones conscientes sobre el dinero.

“Si no ahorras desde joven, te pierdes toda la belleza del interés compuesto que hará más feliz tu jubilación”, afirmó Mitchell en una entrevista con Wharton Business Daily.

El costo de no entender de finanzas

Mitchell advierte que la falta de educación financiera no es solo un problema personal, sino un lastre para la economía del país. Según sus investigaciones, los estadounidenses pierden en conjunto unos 390 mil millones de dólares al año debido a decisiones financieras deficientes.

Las consecuencias no son menores: las personas con bajo nivel de alfabetismo financiero son siete veces más propensas a pasar más de 20 horas semanales lidiando con problemas relacionados con sus finanzas. Muchos caen en cargos por sobregiro, intereses de tarjetas de crédito y deudas innecesarias por no tener un presupuesto claro.

En 2024, apenas el 48% de los adultos estadounidenses respondió correctamente a las tres preguntas básicas desarrolladas por Mitchell y la profesora Annamaria Lusardi (de Stanford) para medir conocimientos clave sobre dinero: interés compuesto, inflación y diversificación de riesgos.

Lecciones de dinero para cada edad

La economista, quien también dirige el Pension Research Council, asegura que los padres juegan un rol fundamental en la formación financiera de sus hijos y ofrece una guía práctica para educarlos según su etapa de desarrollo:

Entre 3 y 5 años: Mostrar monedas y billetes, enseñar para qué sirve el dinero y cómo se hacen pagos, tanto en efectivo como digitales.

De 6 a 9 años: Incentivar tareas remuneradas, usar alcancías o frascos para enseñar la diferencia entre gastar y ahorrar, y hablar sobre cómo el tiempo y el dinero son recursos limitados.

De 10 a 13 años: Enseñar a comparar precios y a ahorrar para metas más grandes (una bicicleta o una consola de videojuegos). Abrir una cuenta de ahorros para introducirlos en el sistema bancario.

De 14 a 18 años: Ayudarlos a hacer presupuestos, seguir sus gastos y vivir con lo que ganan. Si consiguen trabajo, enseñarles sobre impuestos, créditos y los riesgos de endeudarse.

Aprender en casa, con el ejemplo

Para Mitchell, la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace en casa es clave. "Siempre traté de hablar con mis hijas sobre vivir dentro de nuestras posibilidades. No gastarlo todo. Tratar de gastar menos de lo que uno puede”, recordó.

La académica recomienda involucrar a los hijos en las decisiones financieras familiares, como elegir el supermercado o discutir formas de ahorrar en casa. También sugiere usar juegos como Monopoly para enseñar a manejar riesgos y aprovechar oportunidades.

Cuando sus hijas eran pequeñas, las motivó a vender galletas de Girl Scouts, organizar ventas de limonada y lavar autos para experimentar con el trabajo, el ahorro y la recompensa del esfuerzo.

Además, Mitchell hace hincapié en enseñar la diferencia entre necesidades y deseos. “No es que toda deuda sea mala o maligna, pero debe asumirse con conocimiento y de forma estratégica”, explicó.

Más allá del aula

Que 25 estados estadounidenses exijan ahora un curso de finanzas personales en secundaria es un gran avance. Pero, como señala Mitchell, eso no basta: “Los niños aprenden mejor cuando los adultos les hablan de dinero, los involucran y les dan herramientas para tomar decisiones desde pequeños”.

Para muchas familias latinas que llegaron a Estados Unidos buscando una vida más estable, enseñarles a los hijos cómo manejar el dinero puede ser una herencia aún más valiosa que cualquier bien material.