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Photo: InQuinte.
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El peligro de crear hoy archivos “históricos” sobre la COVID-19

Las comunidades BIPOC saben bien que la historia contada puede someternos, y mientras intentamos subsanarlo, se vive un fenómeno paralelo de control,…

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En física suele decirse que la mirada del observador modifica el fenómeno observador, lo que significa que dependiendo de la magnitud que tomemos para su estudio cambiamos el estado de un sistema entero. 

Con los fenómenos sociales ocurre lo mismo. Cuando tratamos de apresar un fenómeno del presente bajo la lupa del presente no es lo mismo que si lo hiciéramos sobre el pasado.

Hace un tiempo que la Universidad de Indiana anunció que ha empezado a crear un archivo comunitario sobre la pandemia con la intención de catalogar material que pueda ser susceptible de ser analizado en un futuro.

No es la única institución que tratar de apresar este fenómeno mientras ocurre; sociedades históricas, bibliotecas y universidades de todo el país llevan ya tiempo recogiendo todo cuanto ha acontecido este último año al que llamamos “histórico”, de “cambio” para Estados Unidos. Desde la pandemia de COVID-19 a las protestas de Black Lives Matter y la defenestración del propio Trump.

Los archivos, en muchos casos digitales, no paran de crecer con fotografías, diarios personales, pinturas… Y todo el mundo se anima a dejar su impronta para el futuro, soltar el trauma y participar en una especie de macro cápsula del tiempo sobre lo que está sucediendo.

Desde personas corrientes hasta los llamados ‘popes culturales’, como Zizek, que se sintió legitimado el pasado año, cuando recién empezó la pesadilla, para publicar un libro sobre la pandemia en donde se atrevía a augurar la muerte del capitalismo. 

Pero esto no es historia. Es antropología o sociología en algún caso, que son las ramas que estudian el presente -en el caso de Zizek, también oportunismo. Porque cualquier intento de estudiar el presente desde el presente debería ser visto como una forma de controlar el relato y todos, especialmente las comunidades BIPOC, conocemos los peligros de redirigir la historia -el pasado contado, y no es física ni ciencia ficción, modifica el presente. 

“Cuando comenzó la pandemia, … pensamos inmediatamente en el dilema de cómo archivar un acontecimiento tan importante y dramático”, dijo la profesora de historia de la Universidad de Indiana,en Bloomington, Sarah Knot, citada por Letras Libres.

Knot y la archivista Carrie Schwier invitaron a toda la comunidad universitaria a enviar sus diarios y cualquier otro relato sobre la pandemia siguiendo el ejemplo de los archivos comunitarios que fueron muy populares en los años 60’ y 70’ del pasado siglo. 

Por ejemplo, en la Biblioteca Pública de Los Ángeles ya existe un Archivo Comunitario L.A. COVID-19 y su bibliotecaria, Suzanne Im, lo explicaba así: 

 "En el pasado distante había curadores que decidían qué se conservaba y qué se archivaba", dijo, "pero cada vez más, tal como con estos archivos comunitarios, estamos involucrando a las personas que están creando los materiales históricos recolectados".

Si bien hoy en día los historiadores pueden estudiar cómo reaccionó la sociedad de 1918 a la pandemia de influenza y sus muertes masivas a través de diarios de quienes enfermaron, tratar de catalogar esta nueva pandemia mientras ocurre hoy no es sencillo ni tampoco es “historia viva”.

Como bien argumentaba Schwier, es algo que “tendremos que nombrarlo más adelante”, ya que son “múltiples eventos con líneas de tiempo divergentes”.

Sin embargo, la impaciencia puede ser un problema. Porque, si bien es entendible que todos queramos darle una explicación y un sentido a lo que está sucediendo hoy, el tiempo aposenta el testimonio, le aporta nuevos matices a nuestro relato. Más allá de que, en la época de la visibilidad en la que vivimos, cada cual cree legar al futuro la mejor parte de ellos, lo que creen más importante desde el presente o lo que les deja en un mejor lugar -controlar el discurso. 

Entonces, ¿qué podremos esperar de esos materiales en un futuro? Habrá que estudiarlos a la luz de este cáncer de máscaras en que se ha convertido esta época. No cómo vivió la sociedad del siglo XXI la pandemia de COVID-19, sino cómo “dijo” que vivió o cómo “quiso” que los demás viéramos cómo vivió. Puesto que estos documentos, orales o gráficos, están escritos con una clara voluntad de pasar a la historia. 

Así como en  física la mirada del observador afecta el fenómeno observado, hoy todo es deseo de ser observado y deseo de control de la mirada.

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