El 10 de octubre de 1821, Cartagena de Indias fue liberada de las últimas tropas de españoles que controlaban la ciudad, quienes ejercian soberanía en la joya de la Corona.

 

Ese día las tropas realistas entregaron, de manera pacífica, los baluartes de la mítica ciudad fortificada. Las ceremonias se llevaron a cabo con el mayor orden y respeto por el enemigo vencido.

 

Ese mismo día de 1821 un periódico de Sincelejo del que se desconoce su nombre publicó un relato sobre la entrega de Cartagena, acontecimiento que duró todo un día:

 

 

 

Esta reconquista, definitiva para la futura independencia de la Gran Colombia, fue consecuencia directa de la batalla de la noche de San Juan, acaecida en la bahía de las Ánimas pocos meses antes.

 

Sin embargo, el dominio de la estratégica Cartagena no fue el final de la lucha independentista, quedaba Antonio Nariño, dirigente de la lucha, para completar el proceso neogranadino. Y faltaba también la batalla de Maracaibo para consolidar la emancipación de la Gran Colombia (país conformado por los territorios que hoy se conocen como Colombia, Ecuador, Panamá y Venezuela entre 1821 y 1831).

 

Ese 10 de octubre, hace 200 años, entró primero al recinto amurallado el batallón de Antioquia, comandado por José María Córdova. Sus hombres atravesaron de manera solemne la puerta de la Media Luna.

 

El ejército español se embarcó en naves colombianas, rumbo a Cuba, para nunca más volver.

Cartagena fue la última ciudad del Caribe neogranadino en liberarse, la otrora Reina de las Indias había quedado devastada. 

 

La liberación fue un proceso que se dio gracias a varios acontecimientos, aunque la batalla de la noche de San Juan, liderada por Padilla, fue clave.