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Preta Rara Photo: Black Women of Brazil.
Preta Rara Photo: Black Women of Brazil.

Preta Rara, la escritora y rapera afrobrasileña que dio voz a las trabajadoras domésticas

Con más de 166.000 seguidores en Instagram y un programa de televisión en Globo, esta hija y nieta de empleadas del hogar es el “azote” del racismo y los…

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Pedro & Daniel

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En Brasil, un país que enfrenta una honda desigualdad, la mayoría de los seis millones de trabajadores domésticos que sirven en los hogares ricos son mujeres negras con poca educación formal -según un informe del gobierno en 2019.

Cada una de estas empleadas trabaja una media de 50 horas a la semana y su salario, lo crean o no, es un 92% inferior al sueldo mínimo. 

Joyce Fernandes (35), nacida en Santos, una población costera del estado de São  Paulo, estaba “predestinada” a servir como su madre y su abuela -”siempre decían que no tenía sentido formarse”, explicó en una entrevista con NYT.

Joyce se había criado junto a sus hermanos viendo la televisión; el barrio era un lugar difícil y sus padres temían por su seguridad. Ya entonces, las telenovelas y los programas de variedades eran un ejemplo del racismo criminal que se vivía en el país, con actrices y actores negros convertidos en sirvientes. 

¿Podía evitar repetir la misma historia? 

Era inteligente, le gustaba leer y se graduó en el instituto. Pero cuando empezó a buscar trabajo, las entrevistas no llegaron hasta que no hizo un cambio radical en su currículo, eliminar su negritud.

”Los empleadores piensan en ti como su propiedad”.

"Envié mi currículum sin foto y a la semana siguiente me inundaron de llamadas para acudir a entrevistas", le contó al periodista Ernesto Londoño. "Fue entonces cuando me di cuenta de lo cruel que puede ser Brasil para los negros".

Sin embargo, Joyce no lograba que le dieran trabajo cuando acudía a las entrevistas y descubrían que era afrobrasileña. 

Sólo le quedó la opción de seguir el camino de su madre y limpiar casas.

“(Mi madre) se puso triste”, dijo. “Sabía que pronto experimentaría las cosas por las que ella pasó”.

Escapar de la vorágine

Su madre estaba en lo cierto. 

Lo que ocurría en el interior de algunas casas sólo las limpiadoras lo sabían, y era un horror. 

Varios de sus patrones sólo le permitieron comer las sobras de lo que preparaba para ellos; no podía utilizar algunos de los baños, y a menudo le daban un uniforme sucio y raído, entre otras muchas cosas. 

“Los empleadores piensan en ti como su propiedad”, dijo a NYT.

Un día uno de sus jefes la vio leyendo un libro mientras sacudía el polvo del cuarto. Joyce pensó que iba a regañarla, pero el hombre la animó a ir a la universidad. Y lo hizo.

Con el tiempo, la afrobrasileña consiguió un trabajo como profesora de Historia en un instituto, pero seguía recordando aquellos abusos. 

Hasta que hace ahora cuatro años, decidió compartir su experiencia en Facebook. E increíblemente, otras muchas empleadas domésticas reaccionaron compartiendo sus historias de acoso y abusos incluso sexuales en el trabajo.

Allí empezó #I’amAMaid. 

De doméstica a escritora

Tras el aluvión de experiencias que estas mujeres compartieron en las redes bajo el hashtag #I’amAMaid, Joyce Fernandes dio un giro a su vida.

Fernandes recogió estos relatos, así como las vivencias de las mujeres de su familia, y publicó en 2019 un libro contando los abusos. 

Como el de su madre, que fue secuestrada de niña y obligada a ser la sirvienta de unas personas que la hacían “dormir en una cajita de madera junto a la perrera”, y a la que las autoridades rescataron alertadas por los vecinos. Y luego siguió trabajando como doméstica desde los 17 años. 

"Creo que haciendo que la gente se sienta incómoda es la única manera de que las cosas cambien".

El libro estalló como una bomba en Brasil. Los medios empezaron a entrevistar a Joyce y ella no dudó en señalar la opresión y desigualdad que se vive en el país, especialmente las mujeres racializadas.

"Creo que haciendo que la gente se sienta incómoda es la única manera de que las cosas cambien", sostuvo la escritora. 

Hoy día, con más de 166.000 seguidores en su Instagram y convertida también en rapera, la Preta Rara (negra única o singular) sigue hablándoles de la brutalidad policial, los abusos sexuales, los estereotipos y todos los problemas, en suma, que azotan a su país. Y a muchos otros.