
David Lynch: una leyenda del cine que también fracasó estruendosamente
Será recordado por sus clásicos, pero también porque fue el primero en dirigir Dune, película con la que naufragó.
Tenemos la sana costumbre de recordar a quienes fallecen por todo lo bueno que hicieron y sus grandes éxitos. Pero en el caso de David Lynch también es bueno recordar por aquello en lo que fracasó. No en vano no solo es una estrella de la industria cinematrográfica, sino un alma del rock'n roll y su vida un elogio de la dificultad.
Este director visionario exploró los rincones más oscuros y surrealistas de la experiencia estadounidense. Desafortunadamente, falleció el jueves pasado a los 78 años. La noticia fue confirmada por su familia a través de un comunicado en Facebook, donde expresaron: "Hay un gran vacío en el mundo ahora que ya no está con nosotros. Pero, como él diría, 'mantén la vista en el donut y no en el agujero'".
Aunque no se revelaron detalles sobre la causa exacta de su muerte, Lynch sufría de enfisema pulmonar tras décadas de ser un fumador empedernido. El cineasta vivía en Los Ángeles, ciudad que sirvió de telón de fondo para muchas de sus obras más icónicas.
Desde sus primeros trabajos, Lynch dejó claro que su interés estaba en explorar las capas más inquietantes y misteriosas de la sociedad estadounidense. Películas como Terciopelo Azul (1986) y Mulholland Drive (2000) redefinieron el cine de culto, presentando historias perturbadoras con un estilo visual único.
Sin embargo, Twin Peaks (1990), su serie de televisión innovadora, probablemente sea su obra más recordada. Ambientada en el ficticio pueblo de Twin Peaks, la historia giraba en torno al misterioso asesinato de Laura Palmer. La serie se convirtió en un fenómeno cultural, marcando el camino para el auge de la televisión de autor en la era del streaming.
"David Lynch fue un visionario soñador que dirigió películas que se sentían hechas a mano", dijo Steven Spielberg, mientras que Ron Howard lo recordó como "un artista sin miedo". Francis Ford Coppola, profundamente conmovido por su partida, declaró: "Es una pérdida profunda para el cine y para quienes tuvimos el privilegio de conocerlo".
De Filadelfia al estrellato internacional
Lynch nació en 1946 en Missoula, Montana, y tuvo una infancia errante debido al trabajo de su padre como científico agrícola. Fue en la facultad de Bellas Artes de Filadelfia donde encontró su verdadera pasión por el arte visual y el cine. Allí comenzó a experimentar con cortometrajes que ya mostraban su inclinación por los temas oscuros y surrealistas.
Su primer largometraje, Eraserhead (1977), fue un proyecto independiente que tardó cinco años en completarse debido a restricciones presupuestarias. La película, ambientada en un paisaje industrial depresivo inspirado en Filadelfia, se convirtió en un clásico de culto. Incluso Stanley Kubrick expresó su admiración por el filme, describiéndolo como una obra maestra.
El éxito internacional llegó con El Hombre Elefante (1980), una dramatización de la vida de Joseph Merrick, un hombre con graves deformidades físicas. La película obtuvo ocho nominaciones al Oscar, catapultando a Lynch a la élite de Hollywood.
La hora del fracaso
Sin embargo, no todo fue un camino de rosas. Su adaptación de Dune (1984) fue un fracaso comercial: había exigido un presupuesto de $40 millones y el recaudo apenas llegó a $30 millones. Y todo ello a pesar de que contaba con un elenco de lujo que incluía a su actor fetiche Kyle MacLachlan y a un grupo de estrellas entre las que estaban Sting, el famosísimo cantautor.
Las causas fueron muchas, incluyendo que Lynch no estuvo liderando del todo la parte creativa de la película. Pero prueba del estruendoso fracaso es que ahora Dune se ha convertido en una franquicia súper exitosas con dos capítulos y toda una serie en streaming.
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Pero Lynch, como buena alma rock'nrolera, se redimió con Terciopelo Azul, un thriller que exploró los oscuros secretos de la vida suburbana y marcó el inicio de una colaboración profesional y personal con la actriz Isabella Rossellini. Kyle MacLachlan reaparecería con el director.
Más allá del cine
Lynch no se limitó al cine. También incursionó en la música, la fotografía y la televisión, dejando una marca indeleble en cada campo. Su regreso al universo de Twin Peaks en 2017 con una tercera temporada fue aclamado como un logro televisivo revolucionario.
En las últimas décadas, el director encontró un nuevo propósito como defensor de la meditación trascendental, práctica que adoptó en 1973. Lynch dedicó gran parte de su tiempo a promover los beneficios de esta técnica, convirtiéndose en un gurú espiritual para muchos.
También desarrolló una curiosa faceta como meteorólogo amateur, compartiendo partes meteorológicos en video desde su hogar en Los Ángeles. Estos breves informes, donde describía el clima con su inconfundible voz pausada, se convirtieron en un favorito de sus fanáticos más leales.
Todo su legado
Lynch deja un legado inigualable que continuará inspirando a generaciones de cineastas. Quentin Tarantino y los hermanos Coen han citado su obra como una influencia clave en sus carreras.
Kyle MacLachlan, quien interpretó al agente Dale Cooper en Twin Peaks, expresó su gratitud en Instagram: "Le debo mi carrera entera, y mi vida en verdad, a su visión. Era un hombre enigmático e intuitivo con un océano creativo ardiente dentro de él".
Con cuatro nominaciones al Oscar y una estatuilla honorífica en 2019, Lynch probó que el cine experimental podía resonar con audiencias masivas. Su habilidad para fusionar lo bello y lo grotesco, lo cotidiano y lo surrealista, lo convirtió en un pionero sin igual. Buen viaje para el gran artista.
Con información de AFP
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