Posters in California advertising movies
El presidente Trump dice que la producción de películas en otros países es un "esfuerzo concertado" y representa una amenaza para la seguridad nacional.(Foto de Frederic J. BROWN / AFP)

Los aranceles son ahora los protagonistas en Hollywood

La medida afecta a la apuesta de grandes productoras de streaming como Netflix, que ha invertido grandes producciones en otros países.

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Donald Trump ha vuelto a colocar a Hollywood en el centro de su agenda política. Esta vez no con ataques personales a celebridades, sino con una decisión de alto impacto económico: imponer un arancel del 100% a todas las películas producidas fuera de Estados Unidos y exhibidas en el país. El anuncio, hecho a través de su plataforma Truth Social, sacudió a la industria audiovisual y despertó una oleada de reacciones tanto dentro como fuera de los estudios.

Queremos películas hechas en Estados Unidos, ¡de nuevo!”, escribió Trump, repitiendo el eslogan de su cruzada económica. Según él, la producción extranjera no solo debilita a Hollywood, sino que constituye una “amenaza para la seguridad nacional”.

El anuncio de la Casa Blanca llega en un momento complejo para la industria cinematográfica estadounidense. Después del golpe de la pandemia y las huelgas de guionistas y actores en 2023, muchas producciones migraron a otros países atraídas por incentivos fiscales, costos más bajos o paisajes únicos.

Netflix, por ejemplo, anunció una inversión de mil millones de dólares en México para desarrollar películas y series en los próximos cuatro años. También ha reforzado sus operaciones en países como España, Reino Unido y Corea del Sur. Disney, Paramount y Amazon Prime han seguido estrategias similares para maximizar sus márgenes de producción.

La amenaza arancelaria supone un duro golpe para estos modelos. Aunque el gobierno no ha detallado cómo aplicará un impuesto del 100% a contenidos digitales —cuya distribución no implica bienes físicos sino transmisiones en línea o descargas—, el anuncio ya provocó una caída en las acciones de varios estudios cotizados en Wall Street.

Una respuesta dividida

La reacción en Hollywood ha sido diversa. Mientras que algunos sectores sindicales y creativos reconocen la urgencia de fortalecer la producción nacional, hay un amplio consenso en que los aranceles no son el camino.

“Es una locura cómo muchas producciones se han ido afuera debido a la falta de exenciones aquí. Pero obviamente lo que se necesita son incentivos, no aranceles. Los aranceles ahogarían lo que queda del negocio”, dijo un ejecutivo a la publicación Deadline bajo condición de anonimato.

Matthew D. Loeb, presidente del sindicato IATSE —que representa a más de 160.000 trabajadores detrás de cámaras—, advirtió que cualquier política comercial debe ser equilibrada y no perjudicar a aliados como Canadá, que forma parte del ecosistema cinematográfico de Norteamérica.

Por su parte, SAG-AFTRA, el sindicato de actores, dijo que espera “los detalles específicos” antes de tomar una posición formal, pero reiteró la necesidad de "avanzar en el diálogo para lograr nuestros objetivos comunes".

Guerra comercial con trasfondo ideológico

El anuncio se enmarca en la política de “guerra comercial total” que Trump ha desplegado durante su segundo mandato, con aranceles generalizados a productos chinos y restricciones a servicios extranjeros. En el caso del cine, hay también una dimensión cultural: una confrontación entre el nacionalismo conservador y una industria que ha sido símbolo del progresismo liberal estadounidense.

Cannes, el prestigioso festival de cine francés, respondió al nuevo clima con una carga simbólica. En su edición de 2025, otorgará la Palma de Oro honorífica al actor Robert De Niro, uno de los críticos más abiertos de Trump. Y en 2024, seleccionó en competencia The Apprentice, una película que narra el ascenso político y empresarial del expresidente. Trump calificó el filme como "difamatorio y políticamente repugnante".

Además, desde la administración estadounidense se ha cuestionado duramente el modelo europeo que exige a plataformas como Netflix financiar producción local en cada país. Según un memorando oficial, estas exigencias constituyen una forma de “extorsión regulatoria”.

Un riesgo real para Hollywood

Los datos lo confirman: la producción audiovisual representa más de 2,3 millones de empleos y ventas superiores a 279.000 millones de dólares en Estados Unidos, según cifras de la Motion Picture Association. Sin embargo, los días de rodaje en Los Ángeles alcanzaron un mínimo histórico en 2024, y las cifras de inversión nacional han caído un 26% desde 2022.

Trump, que nombró a figuras como Sylvester Stallone, Mel Gibson y Jon Voight como “embajadores especiales” de la revitalización del cine, intenta capitalizar políticamente una industria que, por lo general, le ha sido adversa. Pero los expertos advierten que medidas como esta podrían aislar aún más a Hollywood del mercado global.

En paralelo, China —el segundo mercado cinematográfico más grande del mundo— ya respondió reduciendo las cuotas de películas estadounidenses que pueden exhibirse oficialmente en sus salas. Un cierre parcial de ese mercado podría significar pérdidas millonarias para los estudios.

Con información de AFP