No importa cuántas veces los residentes de Cramer Hill limpien sus casas, siempre van a estar empolvadas.

“¡Ay, bendito! Ya yo limpié ayer y hoy está sucio otra vez”, dijo Josefina Rolón, quien, junto con su marido Orlando, pueden ver desde su ventana las nubes de polvo comenzar su viaje hacia el vecindario.

Quienes viven en ese sector de Camden, Nueva Jersey, se quejan de los problemas que conlleva el tener a unos metros de sus casas la planta para reciclar cemento River Front.

“Yo digo que la ciudad debía tomar más en consideración la salud de la humanidad que el reciclaje”, dijo Orlando Rolón, de 72 años. “Todo mundo se pasa tosiendo a consecuencia de ese polvo”.

Los Rolón han vivido en ese lugar por 35 años, pero durante los últimos cinco han visto no sólo su calidad de vida disminuir sino hasta su propia salud.

“Antes esto era un paraíso porque el polvo no venía para acá”, dijo. “Ahora se ha convertido en un infierno porque está todo el tiempo ardiendo”.

Al igual que ellos, su vecino Ángel Luis Rivera se queja de la manera como la planta de reciclaje emite nubes de polvo al ambiente.

“Cuando el viento sopla esto es una cortina de polvo”, dijo. “Todo ese polvo se mete a la casa y hay que estar limpiando todo”.

Incluso cuando se realizaban las entrevistas para este reportaje se sintió el polvo que se mete a la nariz , a la boca, a los ojos, irritando y causando estornudos.

Rivera, quien trabaja para otra planta de reciclaje en la ciudad, indicó que la manera como River Front procesa los materiales no es la adecuada y que dichas emisiones son peligrosas para la salud.

Esos riesgos ya han sido detectados por el Departamento de Protección Ambiental de Nueva Jersey (NJDEP), que desde el 2002 hasta la fecha ha reportado 113 violaciones cometidas por la empresa, 24 de estas se regularizaron sin recibir multas.

Las violaciones restantes ascienden a $45.000 y están aún pendientes, de acuerdo con información obtenida del portal de DEP http://datamine2.state.nj.us/dep/DEP_OPRA/.
“Hemos encontrado violaciones en el agua, el suelo, el aire”, dijo Larry Hajna, portavoz de NJDEP.

Aseguró que se están tomando medidas para que se resuelva esta situación en beneficio de los residentes de Cramer Hill.

“Esa es nuestra prioridad, por eso hemos comenzado el proceso para emitir una orden administrativa de común acuerdo”, dijo.

Se limitó a decir que este proceso incluye juntas entre las autoridades ambientales del estado y la empresa para encontrar las soluciones, pero no dio fecha para que la situación cambie.

El presidente del Concejo de Camden, Ángel Fuentes, quien también reside en Cramer Hill, dijo que ya tiene conocimiento de las quejas de sus vecinos.

“Estamos poniendo presión a la administración porque esa industria afecta a nuestra gente”, dijo.
Agregó que, “no se sabe qué materiales hay allá adentro y ni qué estamos respirando”.

Por eso prepara una resolución para exigir al estado que haga una investigación y determine el riesgo al que están expuestos los residentes de Cramer Hill.

Además dijo que se investigará el supuesto uso que hace la planta de reciclaje de vialidades de públicas que están cerradas a la circulación.

Por su parte, el Departamento de Aplicación del Código de la Ciudad ya toma medidas al respecto.
Sin embargo, Iraida Afanador, directora de la dependencia, reservó sus comentarios para no afectar las medidas que el departamento emprende en contra de la planta de reciclaje.

Con un similar hermetismo, Dennos Bunks, representante de ventas de River Front Recycling, dijo que no se podían dar comentarios al respecto de la situación que aqueja a quienes tienen que vivir con las emisiones de polvo que su compañía produce.