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Vientos de estímulo económico

Geithner promete reformar el programa de rescate financiero.

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Timothy Geithner, el candidato a secretario del Tesoro de EEUU, prometió hoy reformar el programa de rescate financiero por 700.000 millones de dólares, al tiempo que urgió al Congreso a aprobar un paquete potente de estímulo económico.

Como presidente del banco de la Reserva Federal de Nueva York, Geithner fue uno de los gestores principales del programa financiero, pero en una comparecencia hoy ante el Senado admitió la validez de las críticas al uso del dinero.

"Tenemos que reformar este programa de manera fundamental para garantizar que hay suficiente crédito disponible para sostener la recuperación", dijo ante el Comité de Finanzas de la cámara alta, que debe aprobar su nombramiento.

El Gobierno de George W. Bush usó 350.000 millones de dólares de ese fondo para inyectar capital en los bancos y sostener a la industria del motor, pero ha sido criticado por la falta de transparencia y porque las entidades financieras han usado el dinero para aumentar sus reservas, en lugar de prestar más.

Geithner prometió que si es confirmado como secretario del Tesoro, empleará los 350.000 millones de dólares que quedan en el fondo para ampliar el crédito para los consumidores, las empresas y los propietarios de viviendas, pero no dio detalles de cómo lo hará.

Obama comenzó su mandato sin un timonel económico, debido a la revelación de que Geithner no pagó parte de sus impuestos durante cuatro años, lo que ha atrasado su confirmación en el Comité de Finanzas y el pleno del Senado.

Está previsto que el Comité le dé el visto bueno el jueves, pese a esa irregularidad. En la audiencia de hoy el republicano Pat Roberts llegó a decirle: "Usted será confirmado" en el puesto.

Eso no impidió que Roberts y los otros miembros del partido de la oposición en el Comité le cayeran como una maza por el asunto de los impuestos.

El senador republicano Jim Bunning dijo que Geithner "no ha dado una explicación satisfactoria para el problema" y apuntó que no pagó todos los impuestos atrasados "hasta que fue nombrado" para el cargo.

El actual presidente del banco de la Reserva Federal en Nueva York señaló que esos errores fueron "evitables, pero no intencionados". "Debí haber tenido más cuidado", reconoció.

Geithner no abonó más de 34.000 dólares en impuestos durante los cuatro años que trabajó para el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Al pertenecer al sistema de las Naciones Unidas, esa entidad no descuenta los tributos del salario de sus empleados, que deben pagarlos por su cuenta.

El republicano de mayor rango del comité, Chuck Grassley, criticó las acciones de Geithner y destacó que cometió los supuestos errores en sus declaraciones, pese a ser una persona con amplios conocimientos financieros.

Geithner admitió que hizo los impuestos él mismo.

Durante el proceso de confirmación también se ha sabido que a una empleada doméstica de Geithner se le venció el permiso de trabajo durante tres meses mientras estaba a su servicio, pero los legisladores se han hecho de la vista gorda al respecto.

En un momento en el que la economía estadounidense atraviesa aguas bravas, los republicanos tienen poco incentivo en rechazar a Geithner y presentarse como un obstáculo para los esfuerzos del nuevo presidente por llevar el barco a buen puerto, según los expertos.

Como hiciera Barack Obama ayer en su discurso de investidura, Geithner describió de manera dramática la situación de la economía, al hablar de una recesión "grave" en EE.UU. y el extranjero, y una pérdida "catastrófica" de la confianza en el sistema financiero.

En su opinión, en esta coyuntura es necesaria una respuesta decidida, en lugar de medidas "provisionales y paulatinas".

"En una crisis de esta magnitud, el camino más prudente es el camino más enérgico", dijo Geithner, quien pidió al Congreso que apruebe rápidamente un programa de estímulo económico.

Los líderes demócratas de la cámara baja manejan un proyecto de ley que prevé usar 825.000 millones de dólares en dos años para ese fin.

Eso no será suficiente por sí solo para que la sangre vuelva a los conductos económicos del país, según Geithner, quien indicó que ese desembolso "tiene que ir acompañado de acciones enérgicas contra la crisis inmobiliaria y para restablecer el flujo del crédito".

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