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Encuestas sobre debate favorecen a Obama

McCain y Obama discreparon sobre la economía en su debate de anoche.

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El aspirante demócrata a la Casa Blanca, Barack Obama, ganó el tercer y último debate con su rival republicano John McCain, según las encuestas y los comentaristas, que coinciden en que este fue el mejor intercambio entre los dos "presidenciables".

La cadena de televisión CNN sitúa a Obama en cabeza con un 58 por ciento del apoyo de los encuestados, frente al 31 por ciento de John McCain.

Similares resultados muestra otro sondeo de la cadena de televisión CBS, en el que un 53 por ciento de los votantes dijeron que Obama había superado a McCain en el debate celebrado anoche en la Universidad Hofstra (Nueva York).

Un 22 por ciento de los consultados dijo que McCain fue el ganador, mientras que el 24 consideró que el cara a cara acabó en tablas.

Antes del debate, un 54 por ciento de los participantes en la encuesta dijo creer que Obama compartía sus valores. Ese porcentaje aumentó hasta el 63 por ciento tras el debate.

En el caso de McCain, un 53 por ciento consideró que el republicano compartía sus valores antes del debate, y el 56 afirmó lo mismo tras el careo de esta noche.

Los candidatos a la Casa Blanca discreparon anoche sobre cómo resolver la crisis económica en su último debate, que tuvo como protagonista inesperado a un fontanero.
Los dos candidatos, por primera vez, interactuaron, se miraron con frecuencia y mantuvieron algo parecido a una conversación.

Ayudó el formato. Por primera vez, ambos se sentaron en torno a una mesa, en lugar de deambular sobre un escenario o hablar tras un podio, lo que facilitó el intercambio de opiniones, en ocasiones de modo acalorado.

Así ocurrió cuando hablaron sobre las campañas negativas y el comportamiento de los respectivos simpatizantes en los mítines de los candidatos y sus vicepresidentes.

"El ciento por ciento de sus anuncios de propaganda han sido negativos, John", insistió Obama. "Eso no es verdad", le respondió un McCain que, por detrás en las encuestas, se mantuvo a la ofensiva durante todo el evento. "Sí. Es verdad", añadió Obama en uno de los intercambios más duros del debate.

"Lamento los aspectos negativos de esta campaña. Algunos de ellos han sido inaceptables", señaló el senador republicano por Arizona, que también exigió a Obama disculpas por declaraciones de algunos demócratas.

El debate tuvo un protagonista inesperado, Joe Wurzelbacher, o "Joe el fontanero".

Este votante, al que conoció Obama en Ohio, se convirtió en el ejemplo usado por ambos candidatos, una y otra vez a lo largo de todo el debate, para explicar su programa de recuperación económica y de recorte de impuestos.

El demócrata quiere favorecer a la clase media en detrimento de las pequeñas empresas, a lo que el republicano se opone.

"No voy a permitir una subida de impuestos a las pequeñas empresas", dijo McCain, quien destacó que son los pequeños negocios los que crean riqueza y empleo en el país, y a los que hay que favorecer.

"Joe,-le dijo al fontanero- cuando sea presidente yo haré que puedas comprar esa empresa que quieres, mantendré tus impuestos bajos y tus empleados podrán tener un buen seguro médico", prometió, mirando a la cámara.

El candidato demócrata, por su parte, insistió en que sus planes son los de recortar los impuestos a la clase media aunque ello deje fuera a los negocios.

"A nadie le gustan los impuestos -dijo Obama-, pero tenemos que pagar las inversiones básicas", a lo que McCain le contestó que "si a nadie le gustan los impuestos, no se los subamos a nadie, vale?".

En general, en un debate en el que la economía mandó, ambos candidatos se esforzaron en mostrar una imagen "presidenciable" e incluso tuvieron buenas palabras para el compañero de fórmula del rival. Sarah Palin, la candidata a la vicepresidencia republicana, es, según Obama, una "política capaz".

Obama, que partía con ventaja en las encuestas, buscaba mantener la imagen de líder imperturbable y sólido que había proyectado en otros debates, mientras que McCain, que necesitaba dar un vuelco a los sondeos, respondió con un mayor dinamismo del mostrado en otros debates.

Quizás a McCain le correspondió la mejor respuesta del debate. Ante las críticas de su oponente, que le comparaba con el presidente George W. Bush, replicó: "senador Obama, yo no soy el presidente Bush. Si usted quería competir contra Bush, debía haberse presentado a las elecciones hace cuatro años".

El debate repasó también otros asuntos: la cobertura sanitaria, la energía y el libre comercio, entre otros.

En un momento dado, McCain acusó a su rival de no favorecer el libre comercio, al oponerse, como el resto de los legisladores demócratas, a la firma del tratado pendiente con Colombia.

Obama replicó que se opone debido a la falta de protección a los trabajadores y a los defensores de los derechos humanos, y recordó que sí ha votado a favor del TLC con Perú.

"Necesitamos un presidente que entienda el libre comercio, pero también que se pronuncie ante lo que es injusto", aseguró.

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