LIVE STREAMING

El tino social estadounidense

“¿Qué hay en (EEUU) que tanto se celebra? Un tino social, fruto de la educación y de la experiencia, por el cual los hombres aunque se detesten (siempre) se…

MÁS EN ESTA SECCIÓN

Fighting Sargassum

Community Colleges

COMPARTA ESTE CONTENIDO:

“¿Qué hay en (EEUU) que tanto se celebra? Un tino social, fruto de la educación y de la experiencia, por el cual los hombres aunque se detesten (siempre) se respetan”,  declaró Félix Varela y Morales, un sacerdote jesuita y director de “El Habanero”, el primer periódico en español de Filadelfia en 1824.

Este “hábito” estadounidense hacía posible que hombres que se aborrecían el uno al otro se las arreglaran para no romper la armonía social, y sí de hecho ocurría, “la prudencia general” dictaba que, según el cubano Varela, al que fuera ofendido sin dilación se le resarciera por el agravio.

Estados Unidos se ha dado modos de hacer malabares tolerando los prejuicios y la audacia social simultáneamente, pero no necesariamente sin que le cueste.  La guerra que más víctimas le ha producido a los estadounidenses fue su propia Guerra Civil, y la lucha por los derechos civiles aún continúa.

En el otro lado del espectro, hablando de la “raza cósmica”, el autor y político mexicano José Vasconcelos se sintió inspirado ante lo prometedor de la cultura latina con su mezcla indiscriminada de razas, sin erigir “murallas étnicas” como es el caso –y sigue siendo– en el “norte” (lEstados Unidos).  Tan alentado esta Vasconcelos ante el prospecto de una humanidad renovada que concluyó su ensayo social saludando la aparición de la “quinta raza” como la primera cultura verdaderamente universal.

Sin embargo, mezclados como estemos los latinoamericanos aún batallamos al momento de aceptar nuestras propias raíces.  Una reciente serie de historias publicadas por nosotros hacían un recuento anecdótico de las experiencias de la vida diaria de las mujeres dominicanas.     Inesperadamente, aquellas historias desataron una furiosa controversia respecto a cómo ciertas realidades solamente correspondían a las mujeres negras del sur de la República Dominicana, mas no a las “más blanquitas” mujeres del Cibao, el fértil valle en el norte de la isla.

Algunos hispanos prontamente hacen mención de sus raíces europeas, pero se rezagan perezosamente en abrazar su muy obvio ancestro indígena y africano.  Ello nos hace evocar curiosas anécdotas tales como la de una mujer indígena a la que no se le dejó participar en un concurso de belleza en Otavalo Ecuador, porque no era “blanca”.   En Estados Unidos a pesar del prejuicio rampante, este incidente hubiera desatado una demanda legal afirmando los derechos a la igualdad (‘affirmative action’);  en Latinoamérica hubo mucho meditar y sopesar del incidente, y sin ceremonias o disculpas al estilo ‘anglo’, la vida siguió su curso.

Hoy, en unos Estados Unidos que constituyen la 4ta nación hispanohablante más grande del mundo, el crecimiento y prominencia de los hispanos plantea preguntas importantes sobre si serán capaces de abrazar otras culturas y acogerse mutuamente conformando aquella “raza cósmica”.

Los retos que afectan a Latinoamérica, tales como la necesidad de superar el mal del “regionalismo sin aliento universal” y la tendencia a “renegar de todo lo que les es propio” en palabras de José Vasconcelos, aún aqueja a los hispanos en Estados Unidos.

Quizá aquel “tino social” estadounidense nos permita maniobrar como si fuera a través de las encrucijadas estrechas de nuestras diferencias sociales y “mutuo aborrecimiento”, pero ciertamente no nos guiará en la senda de convertirnos quizá en aquella fantástica “raza cósmica”.

00:00 / 00:00
Ads destiny link